MI HISTORIA

Hola! es un gusto compartirte algo sobre mí. Creo que para los pacientes es importante comprender cuál es la forma de trabajo de sus terapeutas. Y pienso que la forma de trabajo depende de la experiencia profesional y personal del terapeuta tanto (o quizás más) que de los estudios.

 

Parto brevemente por mis estudios: me formé en la Universidad de Chile, donde me titulé el año 1991. Posteriormente me especialicé en Terapia Familiar y de Pareja (Instituto Chileno de Terapia Familiar) y después hice un Master en Salud Mental y Clínica Social en la Universidad de León (2005).

 

He trabajado como psicólogo clínico desde hace 30 años, proporcionando atención a individuos, parejas y familias, tanto en el ámbito público como privado.

 

En mi experiencia como psicólogo he aprendido tanto de las personas que me han depositado su confianza como de mi propia experiencia vital: he aprendido lo que significa perder a los padres, he aprendido sobre los grandes desafíos del desarrollo de una pareja y de la formación de una familia, sobre la crianza de los hijos y sobre la partida de ellos del hogar; he aprendido sobre enfermedades físicas, he trabajado con el tremendo impacto de las pérdidas, con las dudas, los temores, los anhelos y las esperanzas.

 

Los seres humanos somos seres de vínculos y de narraciones: desde que nacemos estamos conectados a otras personas que nos cuidan. Crecemos en medio de familias, y con todo lo bueno y lo malo que tienen cada familia, nos formamos recibiendo frases, relatos e historias sobre cómo es el mundo y cómo somos nosotros.

 

Todos necesitamos compartir nuestras dudas e inquietudes. Sentarse a conversar, a compartir nuestras historias de dolor, de rabia, de dudas, de esperanzas y de amor, es la forma más humana de acompañarnos mutuamente en este camino maravilloso que es la vida. Cuando lo puedes hacer con tus familiares y amigos, eres afortunado/a. Pero muchas veces, hay problemas que no están a su alcance, y es conveniente buscar a un terapeuta.

 

Esta es mi forma de comprender mi trabajo: me pongo al lado de las personas que me piden ayuda para acompañarlos: no estoy adelante, ni detrás, sino que a un lado, contribuyendo con otros puntos de vista y con auténtico apoyo emocional.

 

Mi enfoque terapéutico es sistémico, narrativo y emocional, lo que significa que me gusta conversar con las personas con respecto a sus historias familiares y personales. En este camino, vamos identificando y comprendiendo las emociones, y buscando nuevas posibilidades que permitan su transformación y el alivio del malestar.